23 de junio de 2009

28...

Nunca, hasta ahora,me había dado cuenta de que veintiocho años,
podían ser la cosa más seria de este mundo,
si comprendía lo que son veintiocho años en realidad,
es decir, que no son un año detrás de otro que en total suman veintiocho,
ni tampoco veintisiete años a los que se les añade uno,
sino que veintiocho años constituyen en sí,
el definitivo e irreversible ingreso, en el miedo de sentirse mayor......

7 de junio de 2009

Pasa que...

Las definiciones de mí misma, andan parecidas a las de "Next":
 Constanza, veintisiempre años.
Le gusta delinearse los ojos de café.
La ensalada de cochayuyo.
 Y bailar tango.
Me pasa que la gente me estorba y me molesta, que me arranco de los conocidos y encuentro la calma entre libros y textos.
Me pasa que he ido cortando lazos enfermos y quizás el luto de ellos, es lo que me tiene un poco así.
Pasa que las dos personas con las que más me gusta hablar en estos momentos,son un niño de 20 y un viejo de 64.
Y no se por que ando tan evadida...
pasa que no devuelvo llamadas (salvo las de pega,obvio), ni los mensajes de Facebook, no visito a nadie y hasta se me han pasado un par de cumpleaños que jamás, en la vida, se me habían olvidado. Y lo peor es que ni culpa me dio.

Ando más contenta, pero más sola...que rara la mezcla.

Pasa que la mayoría de los días de mi semana, la paso en reuniones de alto vuelo, con asesores de distintos ministerios, almorzando en excelentes restoranes y con gentes que a lo menos me duplican la edad. Que he tenido que volverme aguda en las observaciones, precisa en los comentarios y ser (o al menos sonar) inteligente en las intervenciones y hasta estoy empezando a ser capaz de citar con humor a Proust y a Kant.

Y el único día de la semana, en que me siento relajada y cómoda, es cuando bailo tango los sábados.

Pasa que se cumple un año del diagnostico de mi enfermedad y debo hacerme el examen general de control y eso me, sigilosamente, aterra.

Pasa, que nada pasa y pasa que todo pasa.